Imagina mi sorpresa cuando entré en la habitación, estaban sentados uno junto al otro comiéndose los ojos. Ambos levantaron la vista, aunque ninguno dijo nada… Sentí que debía disculparme por lo que no había oído.
El silencio llenó la habitación, raro e incómodo como un elefante. En la poblada corte de tu amor, ahora yo soy suplicante. Y así de torpe como me sentí por tropezar con este fraude, para ahorrarme más vergüenza, pedí disculpas y me fui.
Hace tiempo, me sentí como un idiota por llorar. Todo lo que sé, es que cuando sientes que te estás muriendo, todo vuelve a empezar… desafío tus excusas.
Música Rodrigo Leao y Beth Gibbons. Texto de la letra de una canción de Pet Shop Boys (I made my excuses and left).
Las mil y una ideas para mi propio culebrón: ¿Sabes quién soy? Minutos de suspenso y música ominosa. Soy tu madre. O soy tu hermano. O soy tú mismo.
Y después vienen los títulos de apertura, en cámara lenta presentando a cada uno de los personajes. Y son muchos, porque habrá muchas historias, pero no entrecruzadas. Lo de las historias entrecruzadas es un recurso que ya ha sido utilizado hasta el hartazgo, y aún así, no lo suficiente para convertirse en un clásico. Todo esto que pase, no tiene que tener nada que ver con todo lo otro que pase. Ni siquiera para las mentes suspicaces que se la pasan buscando paralelismos entre las cosas más dispares y las distancias más remotas.
Una puede ser la historia de una chica coreana que perdió a su padre. Lo perdió en el mercado hace unos meses, y desde entonces lo busca sin cesar por las calles, las veredas, los comercios y los parques de Alcobendas.
Otra, la de un marinero boliviano buscando su destino en el lago Titicaca.
Nunca debe faltar una historia de amor. Y esta debe ser complicada y estar llena de obstáculos (eso sí que es un recurso clásico). Los obstáculos más comunes son la oposición de de los familiares, en este caso, para hacerlo más interesante puede ser la oposición de la sociedad. Eso está mejor visto ahora como historia… y nada de dos lesbianas o dos chicos gay; mejor algo así como una transexual y un travestido que en realidad son heterosexuales porque a ella, que ahora es él, le gustan los hombres y a él, que se disfraza de ella, le gustan tanto los unos como los otros. Sí, eso llama mucho la atención pero tiene que ser bien intrincado. Sino ya está visto. Aunque asumo cierta ignorancia sobre el tema; agregar a mis notas: consultar a asociaciones pertinentes, o en su defecto, dar rienda suelta a las alas de la ignorancia y la vastedad de los lugares comunes...
Y también debería haber una historia con una mascota que rescata a un niño de su universo desamparado. O viceversa.
Ahh, y la historia de las cosas que cobran vida cuando dejas de mirarlas…
Stay in bed I feel sad when you run run run run run run run run…
And here's to you, Mrs. Robinson Jesus loves you more than you will know God bless you please, Mrs. Robinson Heaven holds a place for those who pray…
Me gustaría que mi cocina brillara, que no hubiese jamás una pelusa agazapada en los rincones, y que por la noche hubiera olor a pollo al horno y a tarta de naranjas. Sonrisa amable, uñas impecables, cutis perfecto, pelo arreglado...
Es que de vez en cuando tengo fantasías de ama de casa perfecta; yo con pollera acampanada y delantal, en una postal halftone screen de posguerra con una cocina llena de electrodomésticos y un bebé regordete comiendo cereales.
Pero la perfección es un camino de ida, y los cincuenta fracasaron por alguna razón. Por eso vinieron los sesenta, los setenta, los ochenta, los noventa, ahora.
El fracaso de principio de siglo está a punto de terminar… Esta década empezó el 1 de enero de 2000, el día que murió mamá, y va a terminar a fin de año, casi con el nacimiento mi hijo…